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Mostrando entradas de febrero, 2014

Volvió Grey's Anatomy: Capítulo II.

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Volvió Grey's Anatomy y siento una felicidad tremenda. La serie es perfecta, mantiene siempre el hilo, la intriga y la adrenalina, todo ahí, expectante. Y tiene montones de "reflexiones" dignas de muchas leídas. Lo hacemos lo mejor posible pero a veces no es lo bastante bueno. Nos abrochamos el cinturón de seguridad, usamos un casco, nos apegamos a los caminos luminosos… Tratamos de estar a salvo, intentamos protegernos pero eso no hace que sea diferente porque cuando las cosas malas llegan, llegan de cualquier lugar. Las cosas malas llegan de repente, sin aviso, pero olvidamos que a veces así también es como llegan las cosas buenas.

Montaña y símbolo fálico.

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"Nunca nadie me dio a elegir, pero como no hace falta, te cuento: seguramente a alguien ya se le ocurrió relacionar a las montañas con algún que otro símbolo fálico, pero a mi acaba de cruzarseme por la cabeza. Es más, se lo voy a comentar a mi psicóloga a ver qué me contesta, con que fijación me salta.  En vísperas del fin de mis considerables vacaciones, con un paciente por delante (ay, que miedo) y el esperado inicio de clases universitarias golpeando la puerta, llegué a una conclusión (bien Guada, por algo se empieza!): La montaña le gana a todos. Siguiendo con la hipótesis fálica, si, según el psicoanálisis, el falo es desde una etapa por la que todos atravesamos hasta el inconveniente más oculto de todas las deidades y realidades femeninas, y, en consecuencia, si Montaña = Falo, no tiene nada de particular mi amor hacia determinado paisaje (porque 'objeto' suena feo). Habrá personas que siguen enamoradas de sus padres (Vos, analizate, pelotuda/o), habrá los cuales h

Viajar, capítulo: Mar.

Voy a hacer las pases con la tipa que está ahí. Va a dar vueltas por una ciudad desconocida en una bicicleta prestada, con la sal impregnándose a la piel, con los auriculares y la mochila al hombro, un rato, una tarde, un momento diferente. Hasta encontrarse en el reflejo de las vidrieras, del océano, hasta encontrarse en el reflejo del espejo tan nítida como real (yo te juro que es una clara posibilidad).  Quizás puede ser que lejos se acerque un poco más.  Sueños nunca faltan, sea amor, sea dolor, sea lo que sea que suceda, los sueños nunca escasean. Y habrá algo mejor para captar, porque si he de viajar no importa el lugar, esta vez que sea el mar el testigo de la risa, de la piel, la bicicleta, el cuaderno y cuánto más.  Vos no te preocupes. Siempre te vas a encontrar.