Entradas

Mostrando entradas de julio, 2015

Vicisitudes I

Estaba yo en mi mundo stalkeando al pibito que apareció como de un repollo, hasta que me di cuenta: "Piba, estabas leyendo re emoción a Freud, R E S C A T A T E". Claro, no volví a leer al pancho ese, sino que me puse a ver fotos de La Cope (re super fan, sí). Y al final me desvelé re mal, son casi las 2 de la mañana y le estoy rogando al ángel de la guarda que mañana no tenga que ir a trabajar.  Y mientras tanto, también me di cuenta que aguante peliculizar todo. (Nota de autor (?): al castellano le faltan verbos, por Dios! A ver, RAE, atendeme un momentito: peliculizar, chocolatizar, siestar, no sé, dame vía libre para pasar a acción cualquier sustantivo. Sí, necesito de tu mísera aprobación porque odio, detesto, las faltas de ortografía, sintaxis, redacción, worever! Y al séquito de Tarzanes que escribe (Y HABLA, POR FAVOR!) así: "Yo cené una sopa quick hoy cené yo" ME REPELE.) ¿Dónde estaba? Ah sí, acá un jueves a la madrugada dándomela en la pera, leyendo Du
Pero a los ciegos no les gustan los sordos. Quizás esté mezclando las yerbas, los dulces de Hansel & Gretel con lo ácido de mi mente, incapaz de definir qué saborizante elegir para aquel plato. Reconozco atisbos de frialdad, de temperaturas bajo cero como el Muro, ese Muro que alguna vez ha sido edificado, identificado en mi. Reconozco completamente lo filoso de mis palabras, lo cruel de mis conjeturas, lo injusto de mis fantasías. Sé a ciencia cierta que esta inconstancia no suele remediarse con el tiempo, que tenemos un aspecto y sólo uno, de todos los que quiero. No creo en el amor como amor entregador, como humano vulnerable y humillado. Creo, que desde sus ojos me ve irreal, ideal. Es decir, no me está viendo, sino que está armando su propia representación de lo que cree que soy. No me conmueve pinchar la gran piñata de su ilusión, no me conmueve su dolor. Yo jamás fui eso que él soñó, jamás le di ni la mitad de eso que esperó.  Indecisa, cambiante, volátil. T

#FelizCumpleElBordo

Carta abierta a la banda de mi vida. El Bordo cumple 17 años. Se comenta por ahí que cuando ellos empezaron con este sueño yo tenía unos 5 años, iba a preescolar y mi señorita me caía mal.Varios años después, acá estamos, yo ya no uso guardapolvo y ellos ya no tocan para 50 personas. Crecí escuchando El Bordo (y leyendo Harry Potter pero esa es otra historia), escuchando cds nuevos mientras pasaban los años, puteando muchas veces porque "siempre hacen la misma lista" hasta que una vez, salí de esa etapa egocéntrica y me di cuenta que no tocaban para mi sola. Lo cual era una lástima, pero en fin, resulta que ellos iban a hacer las canciones que quisieran, me guste o no. Y entonces, el foco cambió: qué importa si queman y re queman Buscando, Soñando Despierto o si hacen DVAJ cada cinco mil años; en cada recital están mis amigos ahí, compartiendo ese momento conmigo. No es fanatismo, entendés, no es un sentimiento ciego e idealizado, porque me he enojado, los he puteado, los rec

Voto no positivo

No te enamores y fuma menos. ¿Qué ves? ¿Qué rasgo resalta que llama la atención? Será, quizás, el goce que insiste, algo incompatible con el bienestar que empuja con una fuerza inmortal a ir en busca de aquello de lo que no se puede escapar. Quizás esté en esa cadena como un eslabón más, representando algo o alguien, una mera representación de algo que, como toda representación, no es real. A nuestro patrón repetitivo, ¿cómo evitarlo? Sin atisbo de romanticismo, sin una gota de cariño, estamos acá, incapaces de contestar por qué, qué deseo insolente me trajo a tu dirección. Pretendería encontrar la utópica solución a este malestar, pero imposibles ya tengo unos cuantos en la lista. Nace en mi una indomable crueldad, defensiva manera de apostar, negación rotunda a siquiera intentar. Esa cruel vanidad, insostenible como irreal, destroza situaciones para evitar jugar. No entiende, no sabe de relajarse ni esperar, es tan violenta como directa, no sabe callar, no sabe de tranquilidad.