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Mostrando entradas de julio, 2014

A un nombre tan común.

"No lo asesinaron, no lo secuestraron. No fue culpa de la violación de los Derechos Humanos, no fue culpa de un perverso mal intencionado; no está viajando ni por el Cielo ni en el Infierno. Está solamente alojado en un recuerdo (sólo en uno) de muchos años, está poderosamente lejos y es que quizás, en realidad, nunca estuvo por acá.  Pero sigue inconsciente, buscándolo entre toda la gente, en realidad sólo quiere reemplazarte, gritarte, golpearte, despreciarte en un instante con la intensidad de esos diez años.  Te está viendo estancado en un momento como si el tiempo no corriera, te sigue soñando con otras caras, con diferentes nombres y nunca encajan, te está viendo alejándote, ignorándole, te está viendo, lo está sintiendo. Y lo está reprochando, por todos estos diez años.  Debía analizarla y nombrarla, darle entidad a esta furia interna que instaló cuando desapareció, para así luego dejarla fluir. Y dejar de buscarte, porque en realidad, sencillamente, nunca estuviste y por

Soy un tanto de Freud y otro tanto de rock.

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"La libido reversible, que va y viene de los objetos hacia mi y viceversa, vive en un eterno sube y baja con altitudes comparables al Everest versión psíquico de este siglo. La libido reversible va hacia el objeto receptor y deja un haz de luz entre mi cuerpo y él, convive en armonía y exalta algo en el pecho, un algo, un súper algo que no se puede explicar. Mientras tanto, aspira a la vida, al crecimiento y al amor, yo no podría decir bien qué es el amor, pero supongo que mis pulsiones, mi energía depositada en tu Yo debe rozar lo que dice la RAE o lo que siento yo cuando escucho a esa banda de rock. Esa sensación, esas vibraciones en el pecho, se deben acercar bastante a la definición de felicidad o de amor.   La libido reversible vuelve hacia mi desde el objeto receptor y en el camino insulta un poco a Piaget solamente por placer e ingresa en mi cuerpo cual energía avasallante que es absorbida por mi corazón. Explota la tensión entre el Ello y el amor, grita cuando ll

Es domingo, qué querés.

"Vivís disconforme, aunque no, no sos sólo un cuerpo para reciclar; no sos solamente un número de cintura, pero aún, es decir, si todo fuera teoría, yo ya tendría unas cuantas cosas resueltas, así que quizás, la disconformidad es también una emoción. Y psíquicamente hablando es motor, es salvación; pero quién sabe que piensa, el que investiga y descubre sabe, es también una obsesión que gira a alta velocidad por la montaña de la propia personalidad derribando los demás aspectos; por ejemplo, la felicidad de escalar."

#22

"'Yo puedo ser todo, menos tu psicóloga. Así que lleva tu neurosis a otro sillón.' Y así, desterrado de los cielos de la ilusión, bajé, más bien me tiraron, por el balcón directo al asfalto.  Pincharon la burbuja de mi mundo perfecto y sólo así la vi real, porque como ideal no existe, y real, así, con sus grises (muchos grises) ella y su sillón fuimos el trío ganador.  Nada te puedo dar, no me puedo descentrar. Y nada puedo aceptar, no me puedo arriesgar. Entre las voces de mis mismas voces trafico los deseos de mi Ello, alcanzan al Yo con total debilidad, y en un segundo de vanidad, de fortaleza y demás, superan un Superyó severo, pero golpeado. Mejor aún, hay que molerlo a palos.  Cuando ella me echó de mi mundo de perfección con su crueldad y su inhumanidad, no logró dañarme. No lo sabe, pero fue la mejor decisión que tomó. Y ahora el sillón y yo estamos flotando en el Limbo, tanteando. Escapamos del infierno personal, de los propios fantasmas que atacan la integrid

Un te quiero, una caricia... #Capítulo 366.

"¿Dónde estás? Yo sé que es más sano dejar de buscar. No sabría decir en qué momento de la vida perdiste lo que sea que alguna vez tuviste... La gente me dice que la paciencia es la virtud de nuestra situación, que la tolerancia podría ser mi mayor arma para enfrentarme al desprecio de la indiferencia. Al mandato social del amor, podríamos regalarle pasajes al infierno de la realidad y ver cómo se las arregla sin un Disney que le ayude a colorear. A la visión perturbadora del deber, al estúpido Superyó de un mandato primo al dolor, explicarle sin sutileza que no alcanza, que no sirve, que no es necesario seguir con esta farsa. Ni los silencios ni las palabras ayudan a una relación enfrascada en un taper monotemático que vive encapsulado en un tiempo de hace 10 años. No existimos en el presente, somos simplemente adultos en una lucha que tiene casi 22 años. No recuerdo una historia de tu presencia, soy como el fantasma de Árbol, sencillamente deambulando. El tiempo contextual