Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2016
Yo no sé en qué escuela se aprende y dónde te dan la matrícula, no sé cómo se hace para ser tan indiferente. Quizás sea algo adquirido, quizás algo innato, pero quisiera compartir un poco de esa sana facilidad para ignorar, consumiéndote, fumando en el patio. Acumulando platos sin lavar, comidas pendientes porque un cuerpo aún te duele, la alarma nunca falla, yo no sé cómo se hace para andar siempre tan tranquilo, tan lejos, tan, siempre tan para adentro. Parece ser que todo eso es similar a no estar. ¿Qué hacés con el dolor? Violento dolor. Pero más violento es mi cabeza contra la pared.

Ciro

Tirando de una esperanza, se está haciendo y parece que va a llover. Y fuiste por dos de cal y una de arena mientras la gente miraba la luna y los hipnotizaba. Compraste varios kilos, por si las dudas, para guardar, quién te dice, quizás más adelante... Caminas varias cuadras, el viento en la cara, las zapatillas gastadas sobre el asfalto, y vos para adentro con los ojos de vidrio. Farmacia mediante, compras un kit de primeros auxilios, unos litros de alcohol y muchas, muchas curitas. Seguís pateando ideas por la vereda, con más furia, con más intensidad, ni siquiera los pibes del delivery de la pizzería te alteran, vas muy concetrada, despacio, lento. En off. En la esquina de Alberdi y Rivadavia, un negocio magicamente abierto pero oculto, casi impercetible. La luna le daba su luz, bondadosa, compartiendo su paz. Dame el proporcional de toda una vida en cemento, le dijiste. El hombre de manos callosas muy amable te alcanzó bolsas y bolsas pesadas, llenas de polvo. Llevalo nena, fi