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Mostrando entradas de marzo, 2013

#EstúpidoLunes, nivel II

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Es lunes. Ya de por sí no tiene mucha gracia, y para colmo llueve. Pero cada día tiene su encanto, y el de este es pura y exclusivamente saber que la semana termina en jueves, no en viernes. Entonces, sería como un viernes al cuadrado. Hoy vino una señora/cliente/maestra/profe de matemática a sacar fotocopias de unas evaluaciones. Y mi curiosidad estaba ahí, latente, esperando algo que  avive el estúpido lunes, cuando vio "Despejar X". Oh sí. Esta parte de la matemática me gustaba. Marchen 16 fotocopias para la cliente de la casa mientras yo resuelvo el problema. "La X me da 15 al cuadrado". "A ver, pasame que te corrijo". Oh sí, la gloria eterna, me dio bien el ejercicio de matemática. Hace más de año y medio que no veía una X pegada a algún número. Si despejar X fuese el equivalente a despejar la cuestiones de los síntomas distractores, yo podría recibirme en tres añitos, en vez de en seis. Mañana será martes de Psicología social. Se me hace agua la
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Y nada tenía de malo, (Oh sí, sí que lo tenía, y cuánto dolía) y nada tenía de raro, (Esto es completamente cierto) que se me hubiera roto el corazón (Y vaya que se ha hecho pedazos) de tanto usarlo. (...)
Te seguí hasta donde pude.

Habemus Idiota, con ustedes la Papa Guadi.

Guada y su carita de pelotuda se fueron a pasear, la carita la miró fijo y le dijo: "¡Ni se te ocurra ponerte a escribir!" Guada y su carita de pelotuda deberían cerrar la boca, atar los dedos y tomarse un blister de valiums. Pero como la soga no alcanza, el valium no lo tengo, y soy una máquina impulsiva, es inevitable. Por lo tanto, Guada y su carita de pelotuda se pusieron a escribir, a favor de todo pronóstico. Pero la bronquecita (neologismo, diminutivo de 'bronca') ardiente en mi cuerpito (de talle 38, ejem) me impide pensar dos frases seguidas que calmen el despreciable monólogo que tengo para gritarle. Me resulta imposible discutir sin el as bajo la manga, bah, más que bajo la manga, patente en la frente, enorme; de la ironía y del sarcasmo. Porque en definitiva quizás sea una cobarde más, incapaz de serenarme, incapaz de conversar(te), mortalmente rencorosa e incapaz de creer y perdonar. Yo creo que no soy así, pero bueno, en fin, pareciera... Sien

Hice lo que pude.

Esta parece ser la única manera de hacer catarsis. Tengo un problema y me da miedo afrontarlo. Tengo un problema y me duele el sólo pensar que más o menos podría saber qué es. Así que trato de evitarlo. Y me domina, y me colapsa con una sola gota de agua, me lleva por delante y día a día se hace más grande e impenetrable; va creciendo dentro de mí hasta ocupar mis pulmones, aplastarme el diafragma y endurecerme la garganta. Y cada crisis es peor que la anterior y con más frecuencia; más fuerte, más atroz. Llanto. Yo ya sé qué es lo que me hace esto, pero sinceramente no puedo afrontarlo. No puedo. No sé cómo hacer, no tengo ninguna clase de fuerza para siquiera intentarlo, me da pánico llegar a una conclusión dolorosa, me da terror poder llegar a entender que no es lo que yo creo que es.  Y sencillamente siento que ni toda mi cabeza, ni toda mi alma ni todo mi cuerpo pueden con esto. Es más grande que yo, es más grande de lo que creo y es profundamente poderoso. Copa cada celulita d

Estúpido Domingo.

Los domingos hacen apología de la angustia, del aburrimiento, de la filosofía depresiva y de comer sin parar. Es decir. Los domingos son uno de los errores más grandes de cualquier persona con una consciencia dominante. Son unos estúpidos y crueles domingos. Ahora. El más estúpido de todos es aquel que organizó la semana de manera tal que al ESTÚPIDO, CRUEL Y DEPRESIVO DOMINGO le sigue un AMARGO, CANSADOR Y ESTÚPIDO LUNES! ¡¿Quién puede ser tan infeliz, tan insensible y resentido con la vida para planificar la semana armándola para que a un estúpido Domingo le siga un estúpido Lunes?! Ese es el más estúpido de todos.  Esos Domingos jodida y literalmente grises que no se prestan para nada salvo que para vagear y pensar que mañana viene ese Lunes con su cara de garca a decirte "Buen día"; esa alarma desesperante a sacudirte de la cama y esa fiaca traicionera a incentivarte a mandar todo a la mierda.  Es decir, después de semejante forreada como vivir un Domingo no puede ser