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Mostrando entradas de 2017
El alma con Dios, la muerte conmigo, la vida con vos.
Hoy una amiga me contó que vio a alguien que alguna vez te conoció. Es evidente que nada bueno pasó porque tuvo un fallido atroz. ¿De tu lado de la ruta nos verán a nosotras tan dementes como nosotras ustedes? Nada bueno pasó, ni nada bueno me dejó entre tantas botellitas de alcohol. Pero de todas formas hoy me acordé de una canción, del humo del cigarrillo y del desenfado; de mandar todo al carajo, de salir a caminar.  ¿Te acordás cuando se despidieron Los Piojos? 20 años. Ciro cuando lee las banderas dice "Ituzaingo". Así, sin tilde. Así, como el barrio al sur. Ojalá hubiesen seguido tocando mil años más. Nos merecíamos eso, al menos. Calles voy a cruzar en silencio nena escucho hay un lugar. Dejame que llegue ahí.
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Pasa el tiempo y lo extraño  es más extraño, sabés.  Después del óxido, tierra nueva  yo te prometo florecer.  Pasa el tiempo y lo cierto  es más incierto, sabés.  Después del óxido, tierra nueva  yo te prometo florecer.
Y donde más no cabe un alma allí se mete  a darse caña.
Nota al pie: Diego me enseñó a no hacerme drama, que el que no abre la cabeza no le crece el corazón.

Apología de vivir solo

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Mucho se ha escrito sobre esto, pero yo, después de un año y medio, no quería perder oportunidad. Hace algunos días que estoy cenando berenjenas en escabeche y helado de postre. Llamativa combinación, ya sé. Es que no hay quién cocine la cena y que ya esté lista cuando yo llego, a la noche, después de un día agotador. Pero tampoco hay quien me repita al oído "¿Estás comiendo bien?". La neuronoticia de hoy data de vivir solo. Llegar tarde y cocinar, lavar los platos, barrer un poco, entrar la ropa que está pronosticado lluvia (como si eso fuera garantía de algo) pero si se llega a mojar no hay quien, salvo uno, la vuelva a lavar, colgar y descolgar. No hay mensaje de texto, de whatsapp o llamado urgente cual placa de Crónica "¡Saca la ropa de la soga!". Sorry hermana, sólo vos te ocupas de tu ropa, tus plantas, tu bicicleta. Y tus impuestos, y de qué esté todo limpio, de pasar por el cajero, de ir a la ferretería a comprar la lamparita que se quemó, de limpiar

Y también

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Un domingo raro aquel frente a la pc, escuchando unos locos con acento europeo. No tenía nada para cenar, para variar, y tampoco tenía ganas de cocinar. Pero sí tenía un barullo incansable en la cabeza, propio de otra época, insistente e imposible de callar. Suponía tener las respuestas también pero vaya uno a saber a cuál de todas las preguntas que se hizo alguna vez, en los últimos años y quizás, en los últimos diez días también. Qué inconsciente tenaz, qué cosa más molesta, que estúpido Freud que nos contó el secreto, responsabilizándonos.  Que bronca también el vestido en el perchero, el rimmel de las pestañas y el desencanto del conocimiento, ese que pincha los globos más coloridos y rompe el hechizo de la calma. De la calma a la indignación, hay sólo un pasillo y un whatsapp. "¡Que no puede ser eso de ser tan egoísta y martir a la vez!". Mira si será posible personificar una escena propia de película frente al espejo y con los ojos a medio cerrar putando por lo

Que se curtan

Que bien estoy, quién me lo diría. Cada día que sale el sol salgo a verte. Saqué un pasaje de avión a algún lugar alejado de la ciudad, de la gente, del subterráneo, del tráfico y de los fantasmas. Me detuve un minuto a pensar qué haría con el dinero, con los pacientes, con las plantas y con los afectos y al instante siguiente me di cuenta que esta vez no me importaba, que ellos y todo el resto quedarían para otro momento. Quiero largarlo todo y viajar, recorrer cada pueblito al borde de la ruta en otoño con los hojas secas y en primavera con los pies en el río. Pasar mucho frío con la nieve alrededor, sentir el calor del sol, sentir miedo, sentir amor, llorar, gritar, reír, saltar, correr, cantar. Lo que te retiene no te quiere, entonces vola, viaja. El mundo no deja de girar, el tiempo no para nunca de avanzar, ¿qué esperas? Algo hay en la lejanía que me hace vibrar y me atrae como un imán, una distancia al otro disruptivo que se viene encima, un límite a la demanda de
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Sigo buscando una sonrisa de repente en un bar, Una calada de algo que me pueda colocar, Una película que consiga hacerme llorar. Cambiar un "no me creo nada" por "te quiero, chaval” Cualquier excusa, una chorrada, es buena para brindar Soltar en una carcajada todo el aire y después respirar. Sentirme como una colilla entre unos labios al fumar, Colgarme de cualquiera que le guste trasnochar, Qué inoportuno fue decirte “me tengo que largar”, Pero qué bien estoy ahora, quiero volver a hablar. De princesas que buscan Tipos que coleccionar A los pies de su cama, Eres algo que he olvidado ya. Ando silbando me paro con la gente a charlar, Me tomo algo, sonrío y me lo vuelvo a tomar, Escucho música y me pongo a bailar. Sigo flipando cuando veo mi cara en el As, Últimamente las cosas cambian cada vez más, A veces pienso que algo malo viene detrás. Me siento como una colilla entre unos labios al fumar, Me cuelgo de cualquiera que le guste trasnoch

Tom

Me suelo enamorar de algún personaje de la serie de turno que me deja sin dormir por unos días. La fantasía que genera la ficción es de un poder invaluable para aquellos que caemos a su merced. Quizás la barba a medio crecer e, indudablemente, los anteojos y su aire intelectual. Claro, y esa fuerza, ese valor que atraviesa la pantalla. Soñé algún día con abandonar la Ciudad, dejar el humo, el asfalto y la suciedad atrás por un paisaje de montañas, nieve y cabañas. Con los años fui aprendiendo que la adrenalina de los traumas vividos pasivos se transforman solamente pasando a un rol activo. Y no hallaría esa chance en otro lugar. El peligro, los riesgos. La oportunidad. Ello también está en la Capital. Quizás una casa de fin de semana allá en las sierras sería una vía de escape cual helicóptero del 2001 para cuando el mundo y la gente asfixien, demanden y agobien; el combo saludable de una estufa, un perro amigo y un libro en sillón junto a la ventana me darían ese aire.  Me gusta l
Ni el mundo se caerá esta noche ni tampoco veremos la luna oscura del eclipse aquel de tres noches por siglo. Sólo siento la lluvia sobre el patio mojando la tierra de las plantas mientras danza feliz la alegría del hogar. Es como un jueves sin Gulp, como un sábado sin Reina. Ves, será, las ausencias generan dosis indescifrables de nostalgia los viernes de verano. Quizás estás lloviendo también. Allá bien al sur. Y aunque soy lo suficientemente inteligente para vislumbrar el sinsentido de todo esto, seguro hay una voz que hace eco en mi inconsciente, resonando en las esquinas, flotando en la humedad. Será que las ausencias agrandan el vacío propio de cada alma.

El segundo

Un viernes soleado de enero un futuro vecino habla por teléfono y retumban sus palabras por el departamento que dejaste vacío. Charla con el padre y le cuenta que es un monoambiente grande, más grande incluso que un dos ambientes. Y sí, tiene razón. Es tan grande como vos. Se da cuenta sorprendido que no tiene horno, y pues claro, si es todo eléctrico, macho. Parece que el depto es de Leandro, y te nombra un par de veces y yo miro al techo esperando que se materialicen en él las respuestas a todas mis preguntas no formuladas, es que quién soy yo para ir a tocar timbre y decirle y preguntarle que cómo, que por qué, que no puede ser. Hace días que no hay reggae en el edificio ni olor a palo santo. Ni Ringo canta ni las plantas se asoman bajando hasta mi patio. Decías que eran de menta o algo así. En realidad, nunca probé. Qué será éste hombre de vos, qué clase de conexión los une, como es que parecen intrusos a los gritos, atropellando el silencio. ¡Que irrespetuosos! Están usurpando
Yendo al sur te hiciste naturaleza, un sábado pesado en la Capital. Pesa cómo juega la vida aunque seguro estás, liviano y sonriente, recorriendo las montañas y los lagos del verano, viajando por la Argentina, suave en el rocío, siempre amable y feliz. Te fundiste con los sueños y en los sueños y la música, en la risa contagiosa y en las plantas, ahí seguro estás brillando.