Yo no sé en qué escuela se aprende y dónde te dan la matrícula,
no sé cómo se hace para ser tan indiferente.
Quizás sea algo adquirido, quizás algo innato,
pero quisiera compartir un poco de esa sana facilidad
para ignorar, consumiéndote, fumando en el patio.
Acumulando platos sin lavar,
comidas pendientes porque un cuerpo aún te duele,
la alarma nunca falla, yo no sé cómo se hace para andar
siempre tan tranquilo, tan lejos, tan, siempre tan para adentro.
Parece ser que todo eso es similar a no estar.

¿Qué hacés con el dolor? Violento dolor.
Pero más violento es mi cabeza contra la pared.

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