.

Y escuchando música en inglés de fondo mientras editaba un dialogo escrito es este mismo blog, me di cuenta de porqué me llamaba tanto la atención. Era cierto, ese dialogo podía plasmarse perfectamente en la realidad. Porque aunque en esa historia (Crepúsculo) al final es todo feliz, es tan corto como leer el libro, y en cambio, nuestras vidas no son un libro. No podemos volver atrás y releer con exactitud párrafos de actitudes, respuestas, acciones. Sólo podemos esperar a que nuestra memoria las guarde en sus profundidades con el menor tono de subjetividad posible. Plasmado en nuestras vidas, creo que si dejarte es lo correcto, si eso hace que todo sea más llevadero y con el tiempo la costumbre nos gane a los dos, si decir adiós es lo que hace bien, si preocuparse de ésta forma sólo por tu felicidad, sólo por tu estúpida comodidad e irritantes conceptos de la confianza y la amistad, si terminarlo es lo correcto, yo sé que sí dejaría que suceda. Yo dejaría que la distancia cobre vida y ojalá con ella dejes de notar mi presencia y no por eso notes mi ausencia, si eso hace a tu felicidad, y ocultar todo en alguna esquina oscura y prohibida de tu inconciente te hace feliz y deja que ésta morbosa y tirante relación se corte para bien, por más que ahora relea esa oración y mi corazón se estruje al pensar en eso como una realidad, si eso provoca tu sonrisa ya que parece que yo sólo te causo problemas y dilemas, rabias y planteos, dejaría que la distancia cobre vida. Ambos sabemos que por más que me quiera negar a ello, que duela y angustie agonizantemente, quizás en algún momento sí deba efectuar ésta elección, porque nuestra relación si parece ficticia pero no parece tener el mismo destino. Reitero, por más que me duela.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Montaña y símbolo fálico.