Montaña y símbolo fálico.

"Nunca nadie me dio a elegir, pero como no hace falta, te cuento: seguramente a alguien ya se le ocurrió relacionar a las montañas con algún que otro símbolo fálico, pero a mi acaba de cruzarseme por la cabeza. Es más, se lo voy a comentar a mi psicóloga a ver qué me contesta, con que fijación me salta. 
En vísperas del fin de mis considerables vacaciones, con un paciente por delante (ay, que miedo) y el esperado inicio de clases universitarias golpeando la puerta, llegué a una conclusión (bien Guada, por algo se empieza!): La montaña le gana a todos. Siguiendo con la hipótesis fálica, si, según el psicoanálisis, el falo es desde una etapa por la que todos atravesamos hasta el inconveniente más oculto de todas las deidades y realidades femeninas, y, en consecuencia, si Montaña = Falo, no tiene nada de particular mi amor hacia determinado paisaje (porque 'objeto' suena feo). Habrá personas que siguen enamoradas de sus padres (Vos, analizate, pelotuda/o), habrá los cuales hacen de su cuerpo el mismísimo falo, y habrá los que lo proyectan al Aconcagua (Já, taaaamaño) y a todos sus parientes. 
Ahí tenés el objeto de deseo: el falo. El falo proyectado: Mendoza + provincias, ciudades, estados con montañas/sierras. 
Entonces, si lo que moviliza el aparato psíquico es el deseo; el deseo se traduce en las ganas de viajar. 
Por ende, mis motivaciones para gastarme todo mi dinero recorriendo el mundo son pura y exclusivamente por motivos de salud."


Remake (?) del diario mental de un viajante (desde micros de larga distancia en viajes de placer hasta trenes como el Sarmiento en viajes necesarios). Cualquier similitud con la realidad, invitarme a pasear. 

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