¿Cómo se llama esta sensación?


Hay que saber ser flor
Mientras vuelan guadañazos.
Ser princesa sin un rey
Que te estreche entre sus brazos.
Saber ser un ángel
En un infierno permanente
Ojalá que la vida
Me siga presentando gente
Con un grado mínimo de tu sensibilidad.
Para así poder creer que, aún hoy,
Puede haber honestidad.                                                               •









 Ya no tengo las cosquillas en la panza, estoy reviviendo noches de malas andadas. Se siente como aquellas semanas pasadas, como aquellas mañanas incontrolables de temblores interminables. De las horas acuosas y saladas, de las risas inventadas, de las lágrimas desoladas.
    ¡Y qué pasa en este instante de silencio punzante, que remueve viejos fantasmas de épocas no sanas! En qué sol efímero del día y la noche se esconden los miedos de un alma descuidada, en qué estrellas apagadas se guardan las luces con las que brillaba y bailaba, y cantaba y despertaba. A años luz quiero viajar y dejar todo recuerdo atrás. Astronauta en una mente nueva, vamos a navegar, vamos a deleitarnos con lo desconocido y los no prejuicios.
   Ya no tengo emociones que me conmuevan, ya no tengo deseos que escribo con lapicera entre corazones de novelas. Estoy atascada en un momento cargado de miedos, estoy aprisionada en situaciones que inundan de dudas los restos de una desilusionada certeza. Y para variar, acomodada en su privilegio barato, sale a relucir sus tacos la ironía de su sonrisa.
    ¡Y qué importa todo eso! Mañana es martes, y qué más da, cada mañana, me vuelvo a levantar. Las horas pasan y la ambigüedad sólo se da en momentos de soledad.
    Una poesía en un libro, y chau estabilidad. Insomnio para variar, cefalea y jaqueca que ya no están. Ahora hay un nuevo pilar, ojalá pueda soportar la tormenta que se pronostica mi noticiero mental.  

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