Madrugada, tomo I

Oh sí, yo también busqué razones para intentar intentarlo. Y me quedé con la cabeza en blanco, sin un solo atisbo de una semillita de idea. Simplemente la cabeza vacía. Y desde entonces, dejé de intentar. 
Al final, hay cosas que no comprendo. O sea, tengo muy pocas cosas claras en la vida, no soy de esas personas que tienen una lista importantísima de cosas importantísimas que cumplir. Supongo que tengo tres o cuatro, lease viajar... y viajar. Sí, bueno, con amigos, con familia, con novio. Y por otro lado, tengo bastante claro qué cosas no quiero. No quiero ser un esclavo más. Me niego profundamente a ser parte de la esclavitud capitalista (y quién lo compare con un mandato de izquierda sin siquiera relacionarlo con un ideal PERSONAL y no partidario, puede irse a la mierda), me niego a vivir para ganar plata, que después será carcomida cruelmente por alguna desgracia económica, me niego  a malgastar mi tiempo en eso. Yo no soy eso. Yo no puedo con eso. Pero sea como sea, el sistema me lleva puesta y me obliga a producir. Tenés que estar permanentemente produciendo, siempre haciendo algo productivo. 

Viene el mundo por la vía del rápido, a mil km por hora, y yo estoy sentada, tomando chocolatada, leyendo un libro, sin enterarme de nada...


#DecileQueVuelva.

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