Reflexiones de un análisis

"¿Sentiste esa angustia maquiavélica alguna vez? El tiempo se congela transformándose en un eterno silencio.
Ni llanto, ni dolor, ni ira, mucho menos pasión, sino, quizás, cierta desolación, cierta indiferencia para con todo acontecimiento. ¿Quiero una casa, un microondas y unas plantas en macetas pintadas? ¿Quiero un trabajo estable, un libro los martes y una película los viernes? ¿Ensalada por las noches y pastas los domingos? Siento a la cultura violenta y al capitalismo feroz imponiendo sobre mí sus ideales de lo que debería ser lo que yo quiero hacer. Los siento colonizando mi singularidad, acechando en cada oportunidad para demostrar qué es lo que hay que querer. ¿Quiero una computadora más veloz, un jean Levis, unos anteojos Infinit? ¿Quiero quedarme en esta sucia, hostil y abrumadora Capital? Pelear, intentar, brindar mi tiempo, mis ganas ¿por qué? Luchar por una sociedad mejor, porque la utopía mueve al mundo. ¿Realmente quiero un día a día, de lunes a viernes laboral, esperando los feriados, ir a Mar del Plata, 15 días al año de vacaciones, de 8 de la mañana a 5 de la tarde?


Viajar, desde los bosques de Palermo hasta un safari en Sudáfrica. Una vida en el campo, o una vida en la ciudad, un sueño universitario, un grano de arena para cambiar. ¿Alcanzará la vida para todo eso, eso y más?


Una voz que  no es mía me susurra al oído todo el tiempo, a toda hora: "¿Es esta la mujer que querés ser?" Ser mujer, 90-60-90, profesional, hija, estudiante, amiga, novia, ciudadana, y cuánto mandato más se instale como obligación. Cumplir con algún ideal contemporáneo de todo: moral, físico, laboral, mujer multitodo, maravilla, femenina, frontal. 


Escapar del feroz sistema que así como hostiga también subjetiva, que instala objetos deseantes como también los obstáculos necesarios en pos de algún estúpido esfuerzo sustentado en ¿qué?, escapar de ello es imposible, inútil, pero qué tan tomado, colapsado, invadido por una dinámica impuesta quiero estar, eso, eso es algo que algún día tendré que contestar. Porque en la vorágine imperceptible del día a día, la inercia me lleva, me domina, cual fuerza física.


¿No te agobia la sociedad a veces?"










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