Oqei, de verdad importa? No es posible empezar de nuevo, que me definan otra vez, volver a vivir lo mismo, sin miedos, sin prejuicios, sin dolor, pensándolo, con un toque de positivismo, dale Guada, no puede ser tan malo, no puede ser tan terrible. Vivir todo esto de nuevo, sin un sólo recuerdo que condicione una sonrisa, vivir todo otra vez, que quizás algún día salga bien. Y no terminás de entender, que está tan mal, qué te afecta, qué te aleja, porqué tanta negación a creer, un nudo acá, y que desaparezcan todos los miedos, que me borren todas TODAS las marcas del cuerpo, que quizás no haya sido tan malo... Que alguna enseñanza dejó, mentira, yo sé que no. Nunca aprendí de tanto dolor, de tantas decisiones inoportunas, dejé toda mi seguridad, mi autoestima y mis ganas de confiar en otro abrazo, en otro sueño y esto que ves soy yo. A qué te recuerda, a qué te hace regresar, un silencio más, una ironía, una metáfora, la cárcel, libertad. Una rutina que lastima... y blabla. Y otra vez con la cabeza llena de preguntas, y ninguna respuesta, un centenar de deseos que ya no importan, otro frasco adornado, una carta a Papá Noel con una ilusión, una verdad que valga la pena pelear, un sueño que sea real. Un vaso de alcohol, un pasado pretérito imperfecto, aba. La boca más roja, los párpados más hinchados, y los cachetes más blancos. Y ya no tengo nada más que dejar de lado, ni orgullo ni ego ni nada, ya no tengo nada.

Comentarios

Entradas populares de este blog

.

Montaña y símbolo fálico.