Sarcasmo.

Estoy bien eh, gracias por todo, no te preocupes demasiado, debe ser agotador.

No sé qué me sorprende todavía, qué me decepciona ni qué me llama la atención, si total fue así y parecería que lo seguirá siendo. Está bien, yo puedo sola con mi vida, total, es mía nada más; yo puedo con mis cosas, estoy bien, ni te gastes, no necesito nada. No tengo situaciones colgadas sin resolver, o sensaciones en el pecho que apretujan un poquito, no. Puedo con todo sola, como siempre, no está(n) ni van a estarlo, como siempre, puedo seguir viviendo así toda mi vida, altamente autosuficiente, porque no tengo ningún problema y no siento y soy de metal. No pasa nada, porque en todo caso es normal que no de más, y por eso mismo nadie parece darse cuenta y a nadie parece importarle. No quiero seguir con nada de mi vida, no quiero ni puedo continuar con (casi) nada de lo que tengo hoy. Siento que no doy más, que colapso todas las noches (y a nadie le importa), que pasan los días como si nada, porque a nadie le importa. A mí sí me importa, pero mis ganas y mis fuerzas se agotaron, no puedo más, quiero vivir en el limbo, estallar, explotar y volver a empezar. ¿Con qué? Con todo, con lo que se te ocurra, con proyectos, con respuestas, con caminos, con nada, ni que fuera tan fácil plantar todo acá así no más y dejarlo permanentemente olvidado para que alguna vez sea sólo recuerdo de algún tiempo viejo y extraño que ya no forma parte de mí. No puedo más, y a nadie le importa. Yo no me importo, yo no puedo manejar mi vida, yo no puedo hacer nada conmigo, o sí, pero nunca funciona, y no doy más. Es un reclamo a mi propia manera de ser, que me va destrozando por dentro (y a nadie le importa!). Sola. Puedo lidiar con esto SOLA, total, no sé que es lo que todavía me decepciona...