Tal vez lo bueno está por llegar

Es inevitable esto del balance anual. 

Fue un año cargado de cosas. Empecé a trabajar, terminé el CBC, empecé la carrera, me la pasé viajando y superando cada traba que me ponía el mundo para cursar, puse en jaque (cual Guasones) mi vida una o dos veces, y ciertas cosas que creía también. Me alejé de algunos y me acerqué a otros, elegí estar y no estar con otros tantos, aguanté cada una de las crisis que la vida me puso delante, algunas con secuelas, otras sin ellas, entendí que no puedo perdonar porque sí, que nunca voy a poder personar sólo porque alguien se arrepiente. Yo necesito algo más. Necesito tiempo para digerirlo, tiempo para ver porqué tengo que dejar de lado aquello. 
Viví a flor de piel cada sentimiento que sentía, nunca menos, siempre a más, comprendí que ese añorado deseo de transformarme en metal era imposible porque yo soy una especie de esponjita absorbente y no cemento o hierro. Puse en jaque (de nuevo) cada relación, con cada persona sobre esta Tierra, descubrí que tal vez el aislamiento no es tan malo, que en ciertas ocasiones hasta quizás es preferible, en aquellos momentos que creo ver el mundo desde fuera, como si estuviera volando por arriba y observando el momento sin que los participantes pudieran verme, como si mis ojos tuvieran vista panorámica de la situación pero nadie pudiera encontrarme, como si yo los viera desde lejos, desde otra perspectiva ajena a la que viven todos ellos, lejos, ausente, invisible. Encontré una dos personas en las que confiar ciegamente, algunas veces, nunca siempre, entendí que no puedo vivir sin música, que voy a necesitar siempre un buen libro y un sueño que seguir. Me aclaré el pelo y aclaré ciertas ideas, despejé algunos fantasmas para despertar de las mazmorras a otros, y supe que lo mejor que puedo intentar hacer es educarlos. Entendí que mi fe no es un arito común para ir colocando en cualquier par de oídos que se me presente, viví en carne propia que encajar es complicado pero que al final si hay una verdad de fondo, se va a conocer y va a valer la pena. Supe dejar atrás historias que me habían contado, personas de las que esperaba demasiado, situaciones en las que, de no ser por las cuestiones de esta vida, yo habría actuado diferente, yo habría dado todo de mí... Supe que no puedo dar un cheque en blanco con mi confianza de testaferro para estar mejor, que mis ilusiones no son pagaré para nadie y que el mundo es siempre más gris que blanco o negro. 
Al final, no me quedó otra que aceptar que tengo mis propios tiempos de tolerancia, de reflexión y de compresión, que cada uno de ellos son incluso más difíciles que hacer integrales sin saber derivadas; que la exactitud monetaria, material y artificial me ponen los pelos de punta porque el mundo no es exacto y la cabeza de ninguna persona puede medirse con sus estúpidos números, adhiero firmemente a El Principito diciendo "Pero nosotros, que compremos la vida, nos burlamos de los números" ya que mis emociones no pueden pesarse, medirse ni contarse, mi vida es algo más que un poco de absurdas mediciones, precios, horarios y cantidades. Tus números nunca podrán contar mis sueños, nunca podrán explicar mis esperanzas, mis deseos y mis miedos. 
Estos últimos 365 días dejaron en mí cada una de esas ideas, marcaron con cada de sus emociones, de sus gritos, de sus abrazos y de sus besos. Al final, me queda un enorme gracias a ellas tres o cuatro que estuvieron ahí, a ellas tres que volvieron a hacer del colegio un recuerdo más lindo, a ella que está siempre, a él que hace mi vida y de mí algo mucho mejor y a mi familia, que no hay nada como ellos. Supe comprender que todavía tengo amigos que me quieren como soy, que para perdonar necesito tiempo, casi el doble de que para amar, y para aceptar incluso necesito más. Reafirmé la teoría de que la felicidad sólo es real cuando es compartida con esas gente que me quiere, con esa gente que disfruto estar y también con esas tres o cuatro personas en el mundo que me aman, que me aceptan y valoran como soy. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

.

Montaña y símbolo fálico.