GOOOOOOOL

Aaah, grito, exclamación, descarga, abreacción. GOOOOOOL. GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOL. River decime qué se siente ♪ Que excelente fin de semana. Hablando de todo un poco, siempre está el riesgo enorme de que te empaten sobre la hora. Digo, Boca lo ha hecho... lástima que River no pudo. También puede pasar que en cada viaje, en cada gira El Bordo haga una lista mala. De que acuchillen a alguno (eso no fue divertido, lo divertido fue Ariel reclamando por su trapo) y "desaparezca" una chica. Que toquen "Siento" y no hagan "Los Perdidos". También está el riesgo de que el bondi nunca vuelva a pasar, de sufrir el frío (porque la verdad que la primavera venía bastante amarreta) y tiritar los dientes. Tardar hoooras y hooooras en llegar a mi tan preciada cama con sábanas limpias y frazadas. Esos serían los riesgos menores. Salvo por el frío, el frío me hace muy mal. Pero salvando esas cuestiones de temperatura, es todo tolerable, sencillo. Y fuuera de ello, hay otros riesgos, otros desafíos por pasar. Hay tantos, pero tantos desafíos enormes en el día a día que se hacen imposible de contar. Hay un desafío por pensamiento producido, hay una resistencia ante cada respuesta, ante cada pregunta formulada en el aire que sobrevuela hasta la mente para calar hondo y sembrar sus dudas. Y ellas crecen. Salvo que venga El Principito y saque los baobabs de turno. Pero qué laburo, es re desgastante. Principalmente por saber que aún así siempre se van a reproducir, siempre una semilla volará cual casualidad hasta mí. Pero ya hemos comprado, la sanidad y yo, una tijera de podar, una regadera y un sol gigante para la clorofila de las plantas que sí vale la pena dejar crecer. Cuesta arriesgarse, cuesta confiar, cuesta creer. Y quizás nunca jamás suceda, quizás nunca confiemos en nadie porque siempre habrá un baobab dispuesto a hacernos dudar, pero si superamos el desafio y sólo nos quedamos con las dudas 'razonables', nacen unos rayitos de sol tan lindos como los que trajo mi mamá hoy de 20 de junio. Tal vez la idea no vuelva a ser la misma, así como el jardín después de la tormenta se modifica, renace de sí mismo. Pero aún así, ya no le tiene miedo a las lluvias, ya no le tiene miedo a los vientos. Lo inevitable del clima es poderamosamente análogo a las relaciones humanas. Tormentas tenemos todos, soles tenemos todos, inviernos y primaveras que superar, que sufrir, que llorar y que reír. Todos somos un poco de cada estación, algo que cada desafío nos dejó; pero quizás seamos ahora algo mejor. Las noches que pasan, los fines de semana que sucendiéndose unos a otros van transformándose en "muy buenos". Las camas, las risas, las rutas, las canciones. No existe mejor combo para mí que poder unir las pasiones con un poco de helado y un superclásico ganado, quedará siempre en mí guardada la canción, el amor, la gran satisfacción. El deseo de verlos, unido al deseo de viajar, la magia de que riamos juntos hasta llorar, de gritar de alegría, de encontrarme en tus ojos y siempre querer volver. Seremos siempre la historia más intensa, seremos siempre las mil verdades de las versiones, las interepretaciones de las canciones, el amor, la adicción, el dolor, la decepción y nuevamente el amor. Porque así fue y no va a cambiar, es el ciclo del camino que alguna vez nos cruzó, es el curso del desafio que hay que superar. El ideal caerá. Y ya no será ideal, ahora será real. Y será mejor!

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