Crónicas emocionales I.


"Sé que estás ahí, te veo y respiro el mismo aire que vos. Te veo suspirar, te observo parpadear, la mirada atenta en algo que no logro definir. Sé que estás ahí, mirando algo que no alcanzo a entender, sos un misterio rebosante de adrenalina, de emociones positivas sólo basadas en detalles empáticos, pero oh, ¿qué puedo decirte? Quizás el amor sea un poco de eso. 
Te sigo mirando, pendiente de cada movimiento, tu pecho que juega al sube y baja, tu pelo enmarañado y tus manos, tan diferentes, casi ásperas. Pero hay algo hipnotizante en tu manera de mirar. No son tus ojos, comúnmente marrones, sino el cómo miran esos ojos. Existe tan poca gente capaz de reír con los ojos... y quién diría que yo me hipnotizaría con esos marrones, normales, comunes, ordinarios ojos tuyos. 
Justo detrás, justo después de ese momento, me veo como por fuera, y me pregunto '¿Cuáles serán tus fantasmas? ¿Cuáles serán tus héroes?' Sólo somos seres buscando la amabilidad, sólo somos humanos admitiendo la fragilidad, y quizás, sólo quizás, tus héroes reten a duelo a mis fantasmas. Y quién sabe, ese es el juego, quizás yo simplemente termine ganando. O perdiendo.
En definitiva, son siempre representaciones que se alinean con las propias, son un arte de proyecciones, deseos indomables rugiendo por expresarse. 
Yo sé que estás ahí, adivinando mis ideas, mis razones y mis intenciones. ¿Qué dirías, de saber a ciencia cierta, si la causalidad nos pusiera cara a cara? ¿Cómo marcar un límite cuando la curiosidad instiga a más, siempre un poco más? 
Sencillamente, estás ahí mirándome respirar, un milésima de segundo más de lo normal. En el juego de lo implícito, de lo físico y lo gestual, hay una amabilidad cuasi profesional. Y una delincuente curiosidad."

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

.

Montaña y símbolo fálico.