Violencia 17, Edit 18
Oqei (sí, escribo "oqei" con Q). Vivo en un ph. Tengo paredes finitas de ladrillo hueco. Escucho a mis vecinos subir la escalera, cuando me voy a dormir escucho el murmullo de la televisión. Y como estuve una cosa así de dos horas tratando de que un nene de casi dos años no se dé la cabeza contra todas las esquinas afiladas de todos los muebles de mi casa, y estuve esas mismas dos horas viendo como me temblaban las piernas, parece que esta es una noche larga. Y no sé ustedes, pero yo descargo energía escribiendo, porque cuando las cosas están en palabras, todo parece más ordenado, más claro.
Recuerdo alguna que otra vez, haber visto en el noticiero muchas noticias de violencia de género. Y cómo este sistema legal del orto en vez de ayudar, pareciera entorpecerlo todo. Y entonces, llegamos a esta noche.
Los gritos. El llanto. Las palabras que parecieran desgarrarle la garganta. El bebé llora. Él grita. Agarro las llaves no porque sea la mujer maravilla, sino simplemente porque no me considero negligente. Ella sale con el bebé en brazos. Llora, grita "Llama a la policía". Y la noche recién empezaba...
Él tiene las pupilas dilatadas, la cara desencajada y todo esto parece el argumento de una barata novela de tv. La policía dice que sin una orden no puede hacer nada. La estaban mandando a dormir a la misma casa, en la misma cama de la que había salido corriendo. Eso era todo lo que la policía podía hacer. Y mientras, yo miraba al bebé coordinando el esquema visual con el de prensión. No podés dormir en tu casa esta noche (Y, maldita sea, sería bueno dejar de sentir las piernas como gelatina).
¿Cómo funciona la mente de una persona que gira en el círculo, que nunca rompe el patrón, cómo piensa un sujeto que no es capaz de alejarse? Sin el más mínimo juicio de valor, sencillamente, ¿cómo funciona?
Preguntas así motivan mi carrera. Y al final, cuando ya dejaron de gritar, la reflexión sí es sobre mí. Hoy por hoy, no tengo el altruista sentimiento (ni la capacidad) de salvar a nadie. Solamente quiero entender.
Remake. Miércoles 18.
Ella llamó, dio las gracias y dijo que... "se ocupó".
Y entonces, esta noche, parece una gran noche para creer en la gente.
Recuerdo alguna que otra vez, haber visto en el noticiero muchas noticias de violencia de género. Y cómo este sistema legal del orto en vez de ayudar, pareciera entorpecerlo todo. Y entonces, llegamos a esta noche.
Los gritos. El llanto. Las palabras que parecieran desgarrarle la garganta. El bebé llora. Él grita. Agarro las llaves no porque sea la mujer maravilla, sino simplemente porque no me considero negligente. Ella sale con el bebé en brazos. Llora, grita "Llama a la policía". Y la noche recién empezaba...
Él tiene las pupilas dilatadas, la cara desencajada y todo esto parece el argumento de una barata novela de tv. La policía dice que sin una orden no puede hacer nada. La estaban mandando a dormir a la misma casa, en la misma cama de la que había salido corriendo. Eso era todo lo que la policía podía hacer. Y mientras, yo miraba al bebé coordinando el esquema visual con el de prensión. No podés dormir en tu casa esta noche (Y, maldita sea, sería bueno dejar de sentir las piernas como gelatina).
¿Cómo funciona la mente de una persona que gira en el círculo, que nunca rompe el patrón, cómo piensa un sujeto que no es capaz de alejarse? Sin el más mínimo juicio de valor, sencillamente, ¿cómo funciona?
Preguntas así motivan mi carrera. Y al final, cuando ya dejaron de gritar, la reflexión sí es sobre mí. Hoy por hoy, no tengo el altruista sentimiento (ni la capacidad) de salvar a nadie. Solamente quiero entender.
Remake. Miércoles 18.
Ella llamó, dio las gracias y dijo que... "se ocupó".
Y entonces, esta noche, parece una gran noche para creer en la gente.
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