Ni

"Alguien en bicicleta casi me lleva puesta y, vaya paradoja, mi paciente me avisó. Se ve que mi inconsciente seguía trabajando porque además de ir colgada de algún sauce, también pensé en vos. Un momento, un segundo, imperceptible.

Resuena el murmullo del subte en el túnel, vacío, haciendo eco. El chico de remera blanca mira su celular y sonríe. A su lado, una joven lee algunos apuntes. Más a la derecha, una señora de anteojos me mira. Yo desvío los ojos, hacia algún otro rincón de mi mente. A mi izquierda, una chica cabecea, cansada, agotada. Yo los miro y no los veo, no veo nada, suspendida en algún momento, en algún pensamiento y sensación que no tiene siquiera una miserable descripción. En Humberto Primo sube más gente y aún hay vacíos, vacíos sin llenar. Es que siempre hay vacíos sin llenar. Excepto en la línea A. 'Ma, combine subte y no me perdí. Ya soy grande'. Y un dolor, un sueño desgarrador, una atroz combinación, el agotamiento, el tiempo que pasa y atormenta. En stand by un dolor claro, exacto, con dirección. Un Real violento, un miedo feroz. El egoísmo, la culpa, el cansancio, 'Ya no puedo hacer esto'. Los miro a ellos y tampoco los veo. Alguien sigue duelando un ideal.

Pienso en ellos. Puedo elegir muchísimas cosas, pero necesito de esto para respirar. Necesito esto más que cualquier otra cosa, más que a nadie más. Necesito esto, y no está. Me hundo profundo dentro de mi, levanto mis propios muros y me niego a salir. No sos vos, ni él, ni ella. Soy yo, preguntándome qué, cómo, por qué. Me agoto aún más. Desde allí dentro observo, desde fuera, como una vida que no pareciera ser la mía, continúa, de lunes a lunes, en una espiral; y yo lejos, distante, desde fuera, veo como otros tejen eso que yo debo respirar. Pierdo las ganas de participar, y, aunque cumplo, me hundo, me hundo a veces, por comodidad. No doy más, no tengo nada más por dar por aquel lugar. Y necesito vacaciones superyoicas, necesito un respiro, una licencia de rol. Y pienso en ellos, me refugio en ellos y el posible deja-vu me paraliza. Lo veo, posible, y me detiene allí, no puedo reaccionar, no tengo ganas de enfrentarme a eso de nuevo. Ellos, ellos no están.
No queda otra que respirar."



Vitamina sigue triste, no le quise preguntar
Qué es dolor, qué es perder y qué es amar.

Comentarios

  1. Qué linda, amiga. Una Guada pura, desgarradora, voraz, mundana. Qué subjetividad no nos trastoca, cierto? Por eso digo qué linda, qué hermosa y cruda esta realidad bloggera. Te quiero.

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