Depejemos X de tanta estupidez.

{ de los que sueñan sin temor a despertar , }


Que la gente siga pensando lo que quiera, que la ignorancia siga llenándoles el cuerpo, que sigan sin entender nada de todo esto, no sería nada diferente a cómo empezamos. Para mí todo sigue siendo igual, para mí un sentimiento no se va con el día y vuelve con la noche. Para mí no importa quiénes los sigan de atrás, no me perturban la realidad. Que sigan evacuándose en otras cosas, porque a esta tan hermosa no la quieren afrontar. Y si a mí me hace feliz, y encuentro no los puertos, pero sí las rutas acá, cuál es el problema de salir a alta mar sin ningún mapa, sin saber por dónde habremos de andar... A algún lado llegaremos, no sé dónde, no sé cuándo, pero mientras tanto voy disfrutando de verlos día y noche, de sentirlos acá dentro. No libra de decepciones el amor, no libra de dolores ni de desolación, pero sólo depende de cada balanza, de cómo pese uno las cosas. 


Para mí siguen siendo un pilar acá en el órgano vital.
X serían ellos. F + A.
Entonces. X+F+A=felicidad.
Si se cae A, siempre me bancan un poquito F y X.
Si se cae F (para no perder la costumbre), quedan A y X.
Ahora, se cae X y no me queda nada. Porque nadie entiende lo que X significa para mí. Nadie comprende tal angustia, tal dolor. No pueden concebir tanto amor. Y entonces se van cayendo como cadenas de dominó todos los pilares que mantienen un ideal, una razón, un sueño, algo. 
Y hoy se cae todo, y nunca llegas a tocar fondo, sólo esperás alguna fecha para reanimar tanta resignación.
Por el momento, sólo queda seguir caminando con los ojos cerrados, soñando, ahuyentando los fantasmas que sabés que algún día volverán. 
Por el momento sólo cumplís, no defraudas, no brillas, sólo existís. 
Por el momento parece que el precio de dejarlo todo, de sólo sentir es muy alto. Parece aguantable, parece por el momento llevadero. ¿Será costumbre? 
Por el momento parece que mis bolsillos siguen vacíos, que queda algo por perder... que no me pertenece, sólo son ideas que los demás reflejan sobre mí. Me pesan, sí, me pesan. No puedo gritar.
Y sobre mí hay mil miradas, pero debajo no queda nada, sólo estás cayendo o flotando, esperando alguna columna griega que soporte tantos mitos. 




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