Otro domingo insano

Quedan la sonrisas duchenne escondidas tras los velos del abismo inevitable. ¿Adónde iremos a fumar? Yo creo que esa vez la luna nos observaba. ¿Te acordás? A veces quiero repetir el momento y el lugar. A veces quiero arrepentirme y creer. Pero con todo lo que somos, no alcanza. La certeza irrefutable me explota en la cara: lo demás pudo más.









(Otro domingo insano; de níquel.
Con el ceño verborrágico; letal.)

Y empieza a confundirme 
que, donde amé a tu cuerpo,
choqué con un glaciar.
Y así es que empiezo a hundirme.
Como aquel barco.
Pero yo al glaciar lo vi al momento de zarpar.

(Otro sol sin sabor -un capricho del horror-,
sin color, ni calor -un motín de mi sopor-,
se extinguió en un nuevo ardor que derritió mi aflicción. 
Decisión: resurrección.)


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