Dame un Castillo de caramelo.


-¿Crees qe soy perfecta?
-Creo qe estás perfectamente loca. Pero eres perfecta para mí.



 Cuando falten las palabras y cuando caigan esos sentimientos se te haría más difícil tragar tu dolor. En el viento, la pelea, sos vos siempre el de abajo, que la rema ya sin fuerzas y al que una alegría le vendría bien. Con la mirada siempre arriba, entre partidas y regresos escapar, ¿es este viaje o es la vida? ¿A dónde vas cuando te piden a más? Caminando hoy llegará la mañana, quiero ver el Sol cuando golpee mi cara. Cuando falten las palabras y cuando caigan esos sentimientos se te haría más difícil tragar tu dolor. En el viento, la pelea, sos vos siempre el de abajo, que la rema ya sin fuerzas y al que una alegría le vendría bien. Con la mirada siempre arriba, entre partidas y regresos escapar, ¿es este viaje o es la vida? ¿A dónde vas cuando te piden a más? Caminando hoy llegará la mañana, quiero ver el Sol cuando golpee mi cara. Caminando hoy llegará la mañana, nadie dijo que hoy nos parecemos en nada. Caminando hoy llegará la mañana, quiero ver el Sol cuando golpee mi cara. Caminando hoy llegará la mañana, nadie dijo que hoy nos parecemos en nada.




Camina de noche, sola por la acera. No, de día. ¿Qué hora es? El atardecer, el amanecer. Ese momento del día que el sol no hizo su aparición, pero que ya la noche se perdió. La Luna se distingue blanca y brillante. Dueña total del cielo, señora amante de la Tierra. Las estrellas se roban brillo entre ellas, y los astros giran y se mueven y titilan. No está para abrigo, no está para remera. El clima engañoso de la estación. El pelo lacio le llueve sobre la espalda, descontrolado y perfumado. Los pasos se suceden unos a otros. “¿Qué hora es? ¿Dónde estoy?” Los grillos dan su concierto, las luciérnagas su show. Los faroles de las veredas alumbran débilmente con su tono amarillento. En trance. Está en trance. Puede mirar todo lo que su alrededor le brinda sin mirar nada. Puede imaginar gnomos y hadas, ninfas y espadas, príncipes y brujas, hechiceros y centauros; todos seres que el mundo niega y que ella puede ver. Puede sentir su presencia. Si existen dentro de sí, ¿por qué no son reales? ¿Quién te ha dicho que no son reales? La armonía y la paz se jactan en su interior, y dan festines a la calma y al amor. El silencio propone un brindis y la verdad aplaude a la valentía. Todos están alegres y la alegría hoy forma parte de su vida. Todo mezclado, todo en una misma olla que una arpía revuelve: el clima, la mitología, el tiempo, la hora, el trance, el “dónde”, el “cómo”, la realidad, el “para qué”. Todos revueltos por una señora regordeta que con una cuchara parlanchina de madera les dice a los ingredientes que no desobedezcan. Y mientras camina, por veredas poco andadas, por senderos angostos bordeados de árboles brillantes de flores y manzanos soberbios; no existe el tiempo. No hay olvido para las batallas perdidas, no hay olvido para las hadas matadas. Quedan sogas en el castillo de Medusa y logra salir, mientras mira por la ruta como el sol va a nacer. Los astros se alinean y el reloj marca o clock, las mareas de la playa se disfrazan de espejos para que la Luna vanidosa se refleje en el Pacífico, mientras que el Atlántico recibe los destellos de un sol nuevo. Y el trance va acabando, los colores bien definidos con una atípica pero confortante armonía digna del Feng Shui, se van apagando y de a poco las imágenes que no todos pueden apreciar se van evaporando como el agua en la olla de arpía. Es todo un ciclo de vida, las partículas cargadas de magia flotan en el aire hasta perder su energía, hasta ser imperceptibles para los que las miran, y en ese momento se dirigen al cielo cargado de dulce donde habitan Hansel y Gretel en una casa de caramelo. Y allí se transforman en nubes de algodón, en sabrosos terrones de azúcar. Se cargan toda la energía, toda la magia que tenían. La condensan, la potencian. Y mientras garúa magia renovada, que la moja como gotas de agua purificada, dobla la esquina, temprano a la mañana, después de una noche fantástica con seres de otras tierras, con oriundos de otros sistemas, sale del trance y vuelve a la realidad. Se acuesta, se duerme, escucha instrumentos de cuerdas y de viento que se unen a los de percusión, y cuando despierta y la lluvia ya acabó, respira placidamente y esos habitantes de otras tierras que hicieron estadía en su cabeza, vuelven a ser reales cuando puede respirar la magia que sólo vos sembrás.

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