Aquí es seguro.
"En lo más profundo del prado, bajo el sauce
Hay un lecho de hierba, una almohada verde suave;
Recuesta tu cabeza y cierra tus adormilados ojos
Y cuando los abras de nuevo, el sol estará en el
cielo.
Aquí es seguro, aquí es cálido
Aquí las margaritas te protegen de cualquier daño
Aquí tus sueños son dulces y mañana se harán realidad
Y mi amor por ti aquí perdurará."
La rueda siempre vuelve a girar, es como un gran globo
terráqueo cuyos países son todos los rasgos de mi vida, rodando sobre el tiempo
que un día nuevamente vuelve a valer. Todos los días desperdiciados quedan en
un segundo plano, y aunque sé que los lamentos y las angustias no desaparecen
porque sí, me motiva algo más a seguir desvelada pensando una y otra vez qué
sería de nosotros si nos arriesgásemos a la resignación, a la indiferencia, el
peor delito. Miro al chico que me mira y veo su sonrisa con tanta magia y
siento algo acá. Todos mis problemas opacan esa felicidad, mis inseguridades y
mis miedos, el no saber, la duda permanente tortura cada uno de mis momentos
compartidos y deja en mí una marca imborrable, un corazón frío y la ilusión de
no desconfiar más. Sé que no podría seguir sin él, sé que la estúpida
posibilidad de la ausencia me hundiría otra vez en la más hiriente y
desgarradora soledad. Y también sé que no es su culpa, que todos mis líos no
son dignos de su paz. Quisiera con todas mis fuerzas poder hacernos bien,
quisiera más que nada en el mundo, sentir ese valor propio que siente la gente.
Fuiste mi única llama hoy, hace tiempo, fuiste todos los sueños que soñé hace
años, el invierno atormentó con su destrucción, el pilar de cada uno, el mío,
viendo desmoronarse como castillos de naipes, la sensación de calor, la comida
distintiva, los rasgos personales de cada grupo humano, fueron desapareciendo
lenta y despiadadamente. No quedó nada en mí, ninguna razón por la cual seguir
intentando. No. Si había una. Y fue no poder soportar ver a esa determinada
gente sufrir. Después de todo, nunca podré tener esa ración sana y egoísta de
amor al espejo que se olvidaron de regalarme el día que nací. El mundo sigue un
camino hacia la destrucción, un futuro que parece tener fecha de vencimiento,
como una factura de tarjeta de crédito. Y un sector, sigue sin discutirlo, sin
entender cuán necesaria es su revolución. Que rima con amor, con dolor. Rima
con no sentir indiferencia. Rima con lo que vos sos conmigo. La decepción de mi
misma, este miedo desgarrador a no poder sentir todo este amor porque me han enfriado
hasta ser un ente más, susurra en cada uno de mis silencios hasta alcanzar la
más alta desesperación. Es todo lo que soy. No te vayas nunca, por favor.
Comentarios
Publicar un comentario