Dualismo.

En teoría debería estar estudiando, mínimo. La certeza (hoy certeza, mañana, quién sabe) de que no, parciales del orto, no me van a cagar más giras, más viajes, más momentos de esos. Hace unos meses, absorta entre fotocopias y cloroplastos supe que no dejaría de lado, por estas cuestiones, ni más viajes, ni más experiencias de esas, por más fatídicas facultativamente hablando, que resulte. En todo caso, es el precio que yo elijo pagar, los momentos que yo elijo dejar de lado o estar en ellos. Después de todo, dicen que el tiempo es infinito, y yo quiero estar en él. Pero todo esto no quita que debería estar estudiando. Pasé uno sinfín de emociones (Nota: Psicología General: Sí, mis facciones representaron -innecesariamente- mis emociones) en los últimos tres días y reviví otros tantos. Hambre, entre los menos dolorosos y mencionados; bueno, los precios físicos de tanto desconsuelo, y etc etc. 
Y salió el sol, viste. Debería dejar de escribir. Error. Análisis exhaustivo: si hace años que vengo meditando si debería dejarlo o no, año a año escribo más, y aclaro mis ideas mejor. No hay nadie que pueda entenderme mejor que yo cuando escribo. 'Y yo sé que no estoy bien conmigo'. En definitiva se trata de una cruel pero sencilla dicotomía: O me tenés así (me aceptas así) o no me tenés. No puedo cambiar de hoy a la mañana, ni dentro de unos días. Tiempos lunares enteros lidiando con la misma represión, tardaré lo que tardo en llegar a Plutón en solucionarlo. Pero el tiempo, el tiempo es tan irreversiblemente relativo. Y, filosoficamente hablando, me tenés o no me tenés, pero yo sigo estando acá. Hasta que recupere mis globos pinchados, mis hamacas hasta el cielo, y mis apuntes del suelo. Y sea la mujer que querés. En principio, que yo quiero. Y vos, después. Entonces, dejaría de ser así, sería mucho menos esponja (By Sotelo), mucho menos Yo. Y quizás, sea muchísimo más sano. El mágico número tres sólo comprende que necesitar no es amar. Y que amar sin necesitar, no es amar. Y yo no soy ni una ni la otra, sólo soy unas uñas rojas escribiendo hoy, hoy que climatológicamente (si es que existe la palabra) salió el sol. Porque la mitad de las cosas ni las comprendo ni las comprenderé, y sólo está en vos tener la paciencia suficiente para aceptarlo. Y me tenés. O no, y no me tenés. Estúpida e irreversible dicotomía. Dualismo. Psicoanálisis vs. Psicología Cognitiva. Pero a mi vida, a mi mente y a mi corazón nunca les daría la valentía para perder(te) y recuperar el orgullo. No. Así que, en definitiva, se basa en que juegues o no juegues con mi cordura, con mis enloquecimientos solitarios con la almohada, en cuánta paciencia sos capaz de conseguir, cuánto tiempo sos capaz de esperar. Y yo, cuánto puedo dar... y cuánto puedo recibir.


"No sé entregarte la vida, tampoco vivir sin vos" - Duele.

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