Noséqué.

Mira que me he llevado decepciones después de algún que otro recital. Actitudes que no me causaban, listas que parecían calcadas, qué sé yo, de todo un poco. Y a pesar de cada desilusión, cada vez que sacaban una fecha algo se removía en mí y terminaba yendo a ese nuevo recital. Y volvía contenta o decepcionada, y seguía viajando, y conociendo más. Después, con el tiempo, descubrí ese plus que le daba a todo un poco más de sentido: Había un noséqué que trascendía sus recitales, sus actitudes. Y, claramente, esas actitudes no siempre fueron malas, hubo muchas que eran bastante más agradables. Ese noséqué iba más allá de si tocaban DVAJ o abrían con Siento. Más allá de mis amigos, sea uno u otro, que este conmigo en ese momento.
Podría basar mi tesis en este noséqué casi mágico que me moviliza muchísimas cosas y hace de mi algo mejor. Porque al final, aprendí que la mitad de la historia no la sabés porque vivís sólo un fragmento de ella, entonces no vale la pena atacar con uñas y dientes a ese pedacito de relato que no te gusta. 

Hacía mucho tiempo que no me sentaba a escribir de este noséqué. No sé qué cambió esta vez, más que la conciencia, la certeza, que hoy en día, más allá de todo, a pesar de todo, después de tanto tiempo, algo se moviliza en mí, como si un circuito de endorfinas se activaran cada vez que los veo en vivo. Pero nunca fui partidaria de resumir estados emocionales a causas puramente orgánicas, así que por mí los científicos pueden pasarse la vida planetaria buscando una respuesta casi conductista, que nunca va a poder reducir a algo automático este noséqué. 

Hoy es diferente. Esta vez no me decepcionaron, estas últimas veces las listas no importan tanto (aunque DVAJ es siempre una especie de frutilla del postre), no sé qué es lo importante. La verdad, no tengo la menor idea. No va a quedar otra que seguir buscando. 



[ Gracia para poder reír, y festejar de amor! ]

Comentarios

Entradas populares de este blog

.

Montaña y símbolo fálico.