Estado de la consecuencia emocional, capítulo II.

Cruza el amor.
Yo cruzaré los dedos...


"Una noche diferente, estábamos cenando en silencio, ya ves, no todo siempre es perfecto.
Lo sé, experiencia propia también. 'Verás, quizá esto sea un error...' Y la cara de frustración entonando con la tensión. La espalda provocativa que me das, porque sé que frente a mis ojos, te derrumbas.
Apuesto a que es cierto, pero ¿cuándo creíste que esto era un camino recto? Técnicamente, yo no soy tu problema, sino que soy sólo... un efecto colateral. A tus fantasmas superyoicos acechando firmemente podrías pedirles amablemente que se callaran un momento y así poder pensar. Yo puedo dejarte acá, con tu cocina y tu alacena monotemática. 
De frente al precipicio con solo el hierro de límite, la cabeza en blanco, en una nebulosa irreal actuando como seres difusos de un evento onírico de gran intensidad. Explicame, con tu voz particular, ¿qué es lo real? Creo que en algún momento nos perdimos en la suerte de lo implícito y ¿qué podemos hacer? Tal vez, lo mejor sea no volver...
Te pienso como estando a kilómetros de distancia, te veo ideal a mi sueño nocturno, una réplica del olvido, un significante perdido en lo reprimido. Te veo y sé, y siento, y te vuelvo a ver inevitablemente con ese aura especial y doy cuenta sin dudar, ves, el conocimiento no alcanza, también necesito confiar. 
Estamos desapareciendo de este mundo a medida que avanzamos, es que la brecha se abre en este punto, avanzar o morir estancados. A la muerte vamos caminando, pero mientras llegamos, yo desearía pasear un buen rato por alguna playa cálida, por una ciudad bulliciosa, por las montañas que imaginó Tolkien alguna vez. 
Miro hacia atrás y veo cuadros pintados sin cronología colgados en las curvas de mi mente. Los veo regresar y huir luego con el ego golpeado, con la indiferencia como pago. Veo a mis costados y veo muchos más cuadros, veo caminos y ventanas escondidos, veo salidas y entradas. Y también, entre otras, veo tu cara. ¿Será real? O sólo serás la reminiscencia de un equívoco deseo incapaz de alcanzar.
Entre las nubes veo hacia delante, más allá del precipicio inmediato que me condena a la inmovilidad. Es imposible saltar... Siento tu presencia detrás de mi, quizás una sección de mi cerebro registre tu vibrar al respirar. Enfrentas los fantasmas como yo esperaba que hagas, ya que decidí esta vez ser responsable del riesgo, sencillamente, no podía ni quería esperar menos de vos. Sino, hubieras sido un matiz descolorido, una simple decepción sin ningún valor.
Estás como paralizado en tu lugar. El vidrio del ventanal refleja una resolana modesta y detrás la mesa, esa mesa; el sillón, las sábanas y las frazadas que yo dejé enrolladas. 
Si fuéramos reales, sobreviviendo a la monotonía y aún así disfrutando el día a día, si hiciéramos un pasaje real de lo implícito a lo explícito; si dominaras a tu superyó, si pudieras elegir entre zambullirte a la curiosidad o matar hasta a la elección; esta noche, mirándome fijo como si estuviera desnuda, leyéndome como a un libro abierto, ¿cuál sería tu próxima decisión?" 



...Y gracias por venir.

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