“La felicidad puede estar incluso en un oscuro momento, sólo no olvides encender la Luz”

Estaba caminando, con una pollera, alpargatas, el mp3, el morral y una musculosa, por las calles de un barrio porteño que no frecuenta las clásicas cualidades de la urbe, iba como en un video clip a lo MTV cual muchacha relajada, y salió el sol. Llegué a mitad de cuadra, estaba él saliendo de una especie de casa vieja, ladrillos a la vista y ventanales muy amplios, rejas despintadas y cortinas color naranja clarito. Y no me quedó otra que dejar de caminar. O respiraba o caminaba. Bueno, algún día mi mecanismo de homeostasis tenía que funcionar. Si no era hoy, ¿cuándo?. Cuestión que quedé en medio de la calle escuchando el estribillo de esa canción que no me gusta tanto pero que a partir de hoy es la más linda de todas, como si no pudiera manejar mis pies, muda, completamente sorda al entorno y sorprendida. Diálogo mediante, qué sé yo que novedades me dijo, cuánta cortesía tuvo la charla, el resultado no me lo acuerdo. Quise empezar a gritar. Claro. Lo miré hasta que su cara quedase muy grabada entre recuerdo y recuerdo. Y me desperté. Me voy a dormir otra vez, a ver como sigue nuestra historia mi amor. Un besito.

Comentarios

Entradas populares de este blog

.

Montaña y símbolo fálico.