Cartas a un analista VI
"-Te quemás, te prendés. Te incinerás, ¿y adónde vas? Metal chamuscado, mediocre boicot a un tiempo cifrado.
Las flores de mi jardín calman sin espinas pensamientos arriesgados, ahuyentan fantasmas violentos, el presente no es pasado desde que, alguna vez, crecés.
Y en el juego, desconfiado, observás, incapaz de parar de maquinar, ideas, emociones en un cuerpo de metal. Fallida defensa, trampolín directo al tiempo potencial y mientras tanto, el miedo.
No hay nada especial, la magia nunca vivirá. Aún así, ¿cuánto oxígeno compartirás? ¿Qué tan dispuesto estás? Se larga a llover.
Qué es, dijo alguien al espejo alguna vez, ¿qué es hacerme bien?"
Y pasan años hasta poder aprender, son muchos años hasta poder entender
Que siempre hay alguien que te espera y que quiere hacerte bien.
Las flores de mi jardín calman sin espinas pensamientos arriesgados, ahuyentan fantasmas violentos, el presente no es pasado desde que, alguna vez, crecés.
Y en el juego, desconfiado, observás, incapaz de parar de maquinar, ideas, emociones en un cuerpo de metal. Fallida defensa, trampolín directo al tiempo potencial y mientras tanto, el miedo.
No hay nada especial, la magia nunca vivirá. Aún así, ¿cuánto oxígeno compartirás? ¿Qué tan dispuesto estás? Se larga a llover.
Qué es, dijo alguien al espejo alguna vez, ¿qué es hacerme bien?"
Y pasan años hasta poder aprender, son muchos años hasta poder entender
Que siempre hay alguien que te espera y que quiere hacerte bien.
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