Se abre la noche.

Hola, qué tal, te habla la chica esa que tanto decías. Sí, bueno, encima que tiene que ir al oculista porque las letritas flotan en las hojas, y siempre la excusa (que hasta hoy sólo era verdad) del viento que me hace llorar, y suena el teléfono y pará que nunca sé quién llama, y ¡Ma! teléfono. Decía. Este tema de los silencios, este tema de la culpa, y ese otro temita de la desconfianza y la inseguridad; viste, esta razón por la que lo abstracto cuesta tanto... Y nunca aprendí a ponerle stop a mí propio yo, a decir pará, Guada pará. Bueno, y acá con esta cuestión del oculista y guardando la sal acá en el globo ocular, qué loco todo; y probablemente (ojalá... porque sino, no sé, ya no sé) mañana todo esto sea una historia más colmada de ironías, de metáforas y un sentimiento más que experimentas- Es sábado, y siento que el fin de semana se hace bubalú, el esmalte azul que me mira desde el escritorio, ni un solo apunte como para matar el rato, y ninguna razón para pasar la noche acá, porque siempre un desvelo es tan malo como salir a caminar hoy, acá, así, tanto tan así. Y encima, jajajaja, para variar, no me dan las cuentas. Genial. Si sumo tanto, le resto lo otro, le agrego tal por si acaso, y entonces me da más o menos X, la despejo de mi, y... y no me da. Nunca me da. 
Tengo en el placard ropa para estrenar, y el precio hoy es tan alto como estar en Bs As, cuando late allá arriba, una de esas que por un momento pensé que daba con la frontera, y no, error. Bueno, a lo que voy es que late allá mientras acá presiona y me hace toser, y no comer y querer tomar, y fumar, y eso que sólo vosyo sésabes.
Bueno no me causa nada de gracia ni el tres a remontar, ni las salidas esas, ni el depto, bah, eso sí, ni el silencio, ni yo, ni nada de todo de esta tarde, ni la siesta me dejaron dormir, no pretendas nada de amabilidad, está todo tan tenso y encima... Espera que me llaman, ay deos. Viste, lo prendés, lo apagás, capaz se estancó en el tiempo... Y no, no creo, porque nunca resultó esa teoría.
Supongo que de todas maneras, me pasaré la noche sumando y restando, 'titilando', prendiendo, apagando y qué sé yo. Y al final, después de todo esto, no sé qué me voy a poner.

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