Te hace bien, tanto como hace mal . ·

No sos más pelotuda porque no tenés tiempo. Pero necesitás unas diez horas más al día para seguir enredándote con tus mambos ocasionales, más inestables que el clima o más grises que Londres, o más jugados que los parciales, o más profundos que lo que sentís cuando reís. Con qué necesidad esta falacia del estoybien si a los diez minutos estás... así. Más o menos más volatil que, no sé con qué compararlo, sos tan fragil... Lo que me cuesta escribir en primera persona estos estados locos de ánimo, sabés qué difícil es acostarse en la cama e intentar dormir y sólo dormir sin que caigan de entre las maderas del techo hasta el colchón las preguntas asesinas que me sacan la ilusión; que me extravía la razón, la siembra en un rincón ajeno y la cosecho en el pecho y ahí se queda y nunca perece. Intoxica cada molécula de mi cuerpo, le quita energía y risas, risas, les roba las pocas respuestas y me deja así, tan triste ves ♪ . Y con la mente en blanco, sabiendo que los días se harán chicle, que las horas son de goma y es todo tan monótono hasta que el tic tac me ata la soga al cuello y empezas a desesperar. Quién me manda a mi a intentarlo, quién me manda a mi a creer, a ser tan suceptible, quiéeeen. Ay Guada, estás estás, tan así, con tantas ganas de huir. No quiero remarla más. Si no es por esto, es por aquello, si no es A es B, y si C no alcanza tengo un ABC elevado al cuadrado para resolver. 
Ay, ay, tantas madrugadas, no puedo más.

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