Emociones tan violentas.
-Basta de comerse las uñas... No sé de qué estás nerviosa querida...
-Mira mi amor, que casualidad, dijo alguien respecto al cínico: “Un cínico es un hombre que conoce el precio de todo y no da valor a nada”. Ese sos vos, mi amor –replicó.
-Siempre tan sarcástica...
-Siempre… Como si alguna vez notaras la diferencia.
-¡No te comas las uñas!
-Qué te importa, si ya tenés otras uñas que observar.
-Sólo quiero lo mejor para vos...
-Pero es lo que vos querés. Lo mejor para mí de lo que vos querés.
-No te entiendo.
-Nunca quisiste.
-Vos no eras así.
-Me conociste así, el tema es que no te habías dado cuenta.
-No me trates de estúpido.
-Tenés una inteligencia particular. No podría tratarte de estúpido. Sólo de imbecil.
-Constantemente me tratas de imbecil.
-Será que vos ya no me tratas.
-Por algo que vos hiciste, querida.
-Y de algo de lo que no tuviste las agallas para hablar.
-No me quería pelear.
-Y mira como terminamos.
-Tus planteos no ayudan.
-Creo que nunca te ayudé.
-Sí que lo hiciste.
-Sólo me quisiste como al ser más insignificante de la tierra.
-Yo siempre te quise. Y te quiero.
-Que forma de querer... Sólo lograste hacerme sentir como la hormiga roja más pequeñita del mundo. Así de insignificante para vos.
-Tenés un problema, mi cielo.
-¿Quién es sarcástico ahora? Y Tus hallazgos tampoco ayudan.
-Me cansé de que rechaces mis intentos de ayudarte.
-Te cansaste de que yo cambie.
-Sí.
-Y yo que cambié por vos... Por vos, no PARA vos.
-Nunca te pedí que cambies. Éramos más felices antes.
-Las personas cambian con el entorno. Vos eras todo mi mundo, y variabas permanentemente.
-Éramos más felices antes.
-Sí.
-No sé porqué me dijiste que soy un cínico.
-Es lo que demostrás. Conoces el precio de todo, pero parece que nunca te importa nada.
-Yo no soy así.
-Yo no dije que lo fueras.
-No sé dónde está el problema...
-Nunca quisiste encontrarlo, más allá de que sabías que existía.
-Vos y tus reproches...
Comentarios
Publicar un comentario