Hablemos.

Ay, Guadalupe Guadalupe. 

Si voy al gimnasio, es porque me gusta, porque me hace bien, porque me río, porque lo vale.
Y también, si voy al gimnasio es porque me agota el cuerpo, me tranquiliza la cabeza y puedo dormir sin soñar ni tener pesadillas.
Quisiera no tener ni una ni otra, porque del sueño sólo me quedan imágenes perdidas de alguna historia ilusa que mi mente imaginó para mí, y nunca podría ser ideal en la realidad.
Las pesadillas me persiguen con sus fantasmas todo el resto del día y no me dejan en paz, no existe un momento de calma cuando te alcanza la soledad y empiezo a pensar. Detesto a mi Alter ego, debería alguien decirle que deje de sabotearme. Cuando estoy cansada, él desaparece un rato y también por eso es que me gusta ir al gimnasio.
También escribo, y sueño y grito. Y escribo lo que sueño, lo que siento, lo que pienso. Pienso en lo que siento, pero no logro acomodar nunca las ideas entonces las escribo. Y cuando están en palabras parecen menos crudas, hasta quizás un poco, SÓLO UN POCO, más claras. Y grito porque sueño, porque amanezco acalambrada de cuerpo y alma de tan sólo despertar con un poco de esa maldad que atesora mi inconsciente y no deja de liberar. Entonces, me paso el día soñando, sintiendo y pensando. Y a veces hasta me olvido de respirar. Podría olvidarme de parpadear, podría olvidarme de ser amable, pero tengo que dejar de olvidarme de hablar. Las cosas que sólo guardo para mí, escondidas detrás de cada significado literal (y no tanto) de todas estas palabras reservan un secreto inconciliable que no (acto fallido) me permite apagar todo e irme a dormir. Porque hoy no me cansé y no quiero gritar. Pero si me olvido de hablar todo queda oculto en mi y nadie entiende, y nadie comprende cómo puede ser qué sea así, que este tan feliz y tan triste sin escalas. Entre lo abstracto que quiero estudiar vive mi otro Yo que sale a flote cuando faltas vos, o cuando falta alguien, o mi mejor rocanrol, o está todo tan silencioso que él se hace escuchar. Pretende arruinarme la paz hipotética que quiero alcanzar, le hecha la culpa a la sociedad, se hace el idiota y se manda a mudar. Que alguien le mande una carta documento al muy infeliz, que venga a hacerse cargo del desastre que dejó, y más vale que venga con una buena solución. Estos momentos de catarsis con el monitor, son perturbadores porque se mentalizan en otra cabeza, es decir, ¿Hay alguien más, además de YO, leyendo esto? 
Y todo esto y mucho más, que podría decir, si de MI no puedo escapar, ahora sí hablemos de libertad. Y cuanto boicot, hablemos de amor. Y cuando dolor, y cuantas risas (esas que no forman parte de esto, porque en esos momentos sí me acuerdo de vivir). Que volátil puede ser mi vida, cuánto más, cuánto más, yo creo que algún se tienen que poder estabilizar. O me voy a olvidar de hablar. 

Comentarios

  1. '¿Hay alguien más, además de YO, leyendo esto?'.
    Yo si te leo Guada. A mi también me agarra ese ataque de: ¿Alguien me leé?. Pero escribir es un descargo, plasmar palabras ya sea en una hoja o en un blog ayuda. Besos.

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  2. Gracias Caro. En realidad, asusta un poco. Mi Blog es YO, tal cual YO sin ningún tapujo. Es yo con todas mis miserias y mis virtudes. Pero siguen siendo completamente liberador poder poner todo en palabras. Gracias linda.

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